Tal vez, ese momento de paz que surge espontáneo en medio de la tormenta es debido a que alguien se ha acordado de ti, ha rezado una oración para que estés bien, te ha enviado desde la distancia sus mejores deseos o te ha soplado luz, enviándote con ella un alivio inesperado.
Hay algo que nos une en la distancia, algo extraordinario difícil de describir, que de alguna manera se siente, dependiendo de la propia sensibilidad. La apertura del corazón, es la puerta hacia esta especial comunicación.