En realidad hay tantas cosas para agradecer que la lista podría ser interminable: abrir el grifo y tener agua calienta, abrir la nevera y tener comida, tener calefacción en casa, tener una buena familia, una cama confortable para descansar, un buen libro para leer, una ventana para asomarse, manos para aplaudir, pies para caminar, capacidad para expresarme, amor para entregar, amor para recibir, amigos con los que compartir penas y glorias, risas para entregar, ojos para asombrarme de las maravillas del mundo, piel para sentir, pulmones sanos que oxigenan mi cuerpo… la lista podría muy larga…